lunes, 4 de febrero de 2013

Joan Vila: “En el Barcelona llevamos haciendo rondos desde los años 70″

cuentaconlacantera.com

Esto es muy fácil. O debe ser muy fácil. Desde luego, viendo cómo Joan Vila Bosch explica la fórmula para los chicos de la cantera del Barça aprenden a jugar a rondos desde que ingresan en La Masía así lo parece. Luego, todos los equipos -o muchos- quieren jugar como el FC Barcelona. Y, claro, se estrellan. Con imitar sólo el fútbol bonito, la posesión, el sacar el balón desde atrás… no vale. Uno escucha a esta enciclopedia del fútbol base y empieza a entender muchas cosas.

Su paso por Sevilla para regalar la brillante ponencia que ha llevado a varios países en las II Jornadas sobre el trabajo en las canteras organizadas por el Cedifa, la Federación Andaluza de Fútbol y la Escuela de Fútbol Peloteros era una inmejorable ocasión para empaparse de la filosofía de fútbol que ha conquistado el mundo. Jugó en el Barcelona al lado de Cruyff, entrenó más 16 años en la cantera azulgrana, fue el mentor de Xavi y es el creador de la Biblia del Barça, un documento que marca los parámetros del estilo que todos persiguen.
La base es el balón, eso lo puede saber todo el mundo, pero también que la posición no se pierde nunca, precisamente lo primero que hacen los equipos que quieren imitar ese fútbol. A partir de ahí, un montón de secretos que, oídos en la voz del director del área de metodología del club azulgrana, parecen lo más sencillo del mundo.

“Todo el mundo habla acerca del modelo del Barcelona como la fórmula mágica. Pero lo digo ya: no hay fórmula mágica”, explica de entrada. Mientras otros clubes van por ahí presumiendo de un modelo con cuatro, cinco o seis años de vida en sus entrenamientos de cantera, en Can Barça hablan de mucho más. Así, nada es casualidad. Y, claro, todo el mundo piensa en el rondo. Se idean mil ejercicios combinados para hacerlos cada vez más complicados, pero todo está ya inventado hace mucho tiempo: “

El rondo llega al Barça en los años 70 y lo introduce Laureano Ruiz cuando Rinus Michels era el entrenador del primer equipo. Luego, cuando llegó Cruyff a finales de los 80 se produjo otro gran cambio en el Barcelona. Él llega y nos dice que íbamos a disfrutar jugando y que a partir de ese momento íbamos a jugar con tres defensas, con todo lo que aquello significaba. Y fue una revolución. 
Los defensas tuvieron que acostumbrarse porque era un cambio radical de la noche a la mañana a lo que se conocía en el fútbol. Y demostró que se podía. Luego, el otro gran cambio se produjo con el tándem Guardiola-Seirul·o”. Estas palabras son la demostración de que esto no es un huevo que se echa a freír, sino que, como los buenos vinos, necesita la formación de una madre a lo largo de los años.

Lógicamente, habría que discutir muchas cosas al hablar de la cantera del Barcelona, para muchos la mejor del mundo. Con matices. Por ejemplo, el gasto sólo en cantera del club catalán es superior al de algunos equipos de Primera. Sus técnicos captan futbolistas a todas las edades y de todo el país (también del extranjero) pagando cantidades astronómicas con unas condiciones que seducen a los padres y con las que absolutamente ningún club de origen puede competir. Un dato revelador lo da el propio Vila:

“Nuestro juvenil A es absolutamente profesional. Lo vemos así porque necesitamos una igualdad de horarios en los entrenamientos. Un juvenil puede perfectamente un día entrenar con el primer equipo y necesitamos que esté allí. Y es también la forma de hacer ver a los más pequeños que el camino no es tan largo”.

El camino empieza desde abajo y acaba en ese fútbol de toque y desmarque que sale por la tele y que practican con gubia de oro los Iniesta, Xavi, Messi y compañía. “No estoy de acuerdo con ese comentario que se dice por ahí, que defiende que el Barça le ha hecho un flaco favor al fútbol porque los clubes lo han intentado imitar y se encuentran luego con la realidad. Trabajemos para ello. Trabajemos para que salga bien”, anima.

¿Y dónde están las claves? Hay muchas, algunas parecen sencillas, pero no lo son tanto. Las bases de toda formación futbolística están en cuatro pilares: los aspectos físico, técnico y tácticos, conocidos por todos, más el bio-energético (la alimentación), cada vez más cuidado. “En el Barça no nos limitamos a esto. Hay otros aspectos incluidos en el entrenamiento: las relaciones interpersonales, es decir, el factor afectividad; el emotivo-volitivo, el creativo según la experiencia (el yo) y la estructura mental, que es la que permite al jugador hacerse fuerte (qué pasa cuando no es convocado, cuando se lesiona, cuando promocionan a otro…). Si no complementamos lo otro con esto, el entrenamiento está incompleto”.

“Un paso atrás para atacar, un paso adelante para defender”

Quizá esto no interese tanto al gran público. La gentequiere saber qué hacen con el balón en el Barça y está claro que el balón es el punto de partido en su filosofía. “Tenemos dos posiciones, con el balón, en la que insistimos en los espacios de ayuda (los que están cerca del balón) y los espacios de cooperación (los que están más alejados del balón).

 Y en la recuperación, igual: los espacios de ayuda y de cooperación. Nosotros damos muchísima importancia a no perder el balón porque es nuestro tesoro. Hay equipos que juegan a darle el balón al contrario y es aceptable. Lo entendemos. Nosotros no, e inculcamos a los nuestros desde pequeños el sentido de protección del balón”. La verdad es que en esto nada más que hay que ver a Xavi cómo gira con el balón en los pies rodeado de contrarios. Eso no se aprende en dos días.

“Si perdemos el balón no perdamos la posición”. Lo que trabaja el Barça y no trabajan los equipos que lo imitan es el estar preparados para cuando se pierde el balón. “Para ello tenemos unas normas que cumplimos a rajatabla. Primero: una ocupación racional del terreno de juego. Nuestros jugadores no pierden la posición nunca y cuando atacan están pensando en defender. 

Tenemos una ley que dice: un paso atrás para atacar y un paso adelante para defender. Segundo: distancias muy cortas entre líneas. Tercero: nuestro sentido de protección del balón se basa en la alternancia del pase corto y el pase largo. Cuarto: movilidad constante de jugadores para recibir el balón en buenas condiciones y facilitar una mejor decisión al compañero”.
Esto último es la base del juego colectivo. El juego colectivo no sólo es para defender, sino también para crear. Facilitar la decisión del compañero. ¿Hay cosa más lógica?.

“Eliminamos la transición porque creemos que no existe”

La ocupación de los espacios, otra cuestión que a veces queremos simplificar hablando de sistemas. 4-4-2, 4-2-3-1… no va por ahí la cosa. “Es el concepto de esponja, o el cambio de chip, pasar de tener a no tener el balón. Nosotros creemos que si se hace correctamente lo que ensayamos eliminamos las transiciones”. Hay que explicar para el no iniciado que la transición es la reordenación del equipo cuando hay un cambio en la posesión. En los manuales está escrito que las fases del juego son defensa, ataque, transición ataque-defensa y transición defensa-ataque. Aparte, está el juego a balón parado.

“Eliminamos la fase de transición porque creemos que no existe, ya que dura medio segundo si estamos bien colocados en el momento de la pérdida”, matiza Vila, que cree que en el fútbol se gana muchísimo tiempo jugando sin balón. Lo que brilla es la posesión, pero el trabajo está mucho antes.

“Tenemos que aprender a mirar antes de recibir el balón. Nosotros dedicamos muchísimo tiempo con nuestros equipos pequeños a esto. Es habitual cuando los equipos hacen rondos en los entrenamientos que los limitemos y los entrenadores digan: ahora vamos a jugar con un sólo toque, o con dos. Lo ideal es que el jugador sepa si tiene que jugar con dos toques o con cinco en función de lo que ocurre a su alrededor. Primero miro, luego decido y al final ejecuto, pero esto es muy importante: decido antes de recibir el balón, no después”.
 

Aparece otra vez Cruyff en boca de Vila. Es un referente el holandés que sigue aún presente en la filosofía del Barcelona. “Cruyff nos decía que tenemos que ser creativos incluso sin balón. Creamos también para recuperar. Robar nos parece una palabra fea y él lo decía: recuperemos el balón siendo más listos que el rival, no destruyendo lo que hace. Y eso se hace con atención y concentración”.

 “Keita le dijo a Guardiola que no sabía jugar a esto, que no veía la bola”

Cuenta una anécdota este experimentado técnico que ilustra perfectamente el estilo de juego del Barça. “Keita, un jugador que aquí conocéis, internacional y que hizo una gran campaña en el Sevilla, cuando llevaba una semana de trabajo en el Barcelona se fue al despacho de Guardiola y le dijo: ¡Yo no sé jugar a esto. No veo la bola! Poco menos que le dijo que lo devolvieran al Sevilla. Habéis oído a Pep referirse a él como ‘mi niño’ como con Abidal y es porque estuvo trabajando con él muchísimo. Lo digo para que se valore la humildad de un futbolista que puso tanto interés que en dos o tres meses ya podía jugar integrado en la idea. Pero todo por su humildad. Este ejemplo lo tenemos muy presente en la cantera del Barça y lo hemos convertido en una enseñanza para los más pequeños”.

Y es que al final, todo vuelve al rondo. Es el principio y el fin del discurso de Vila. Pero lleva desde los años 70 en el Barça, aunque perfeccionado por Cruyff. “En el rondo y en los juegos de posición tenemos todos los componentes que necesita un entrenamiento: velocidad en el juego combinativo, aspectos cognitivos del juego (con o sin balón), ocupación racional del espacio, conceptos individuales y colectivos y control de la carga física”. En este último apartado hay que decir que en los entrenamientos del Barça “nunca hay un trabajo físico específico, nunca. Sólo a partir de 16 años se hacen juegos con balón en los que se abren más los espacios y se trabaja potencia y resistencia. Por debajo de 16, no”.

Los chicos que ingresan en La Masía sueñan con, algún día, jugar en el primer equipo del Barça sin saber que todo el tiempo que permanezcan en esta escuela será como un máster sólo para privilegiados. Son los escogidos.