miércoles, 17 de febrero de 2016

De Cuenca a China para montar una escuela de fútbol para 1.000 niños

El director de la Escuela de Fútbol del Conquense, Álvaro Martínez, acepta una oferta en Nankín y se incorporará en marzo.


Más de quince años como futbolista profesional, entrenador en categorías inferiores y del Conquense en su última etapa de Segunda División B, además de ser el director deportivo de la Escuela de Fútbol de la Balompédica en sus dos años de existencia. Ese es el extenso currículum deportivo de Álvaro Martínez, persona muy ligada a Cuenca gracias a su fichaje por la Balompédica allá por la temporada 2001/2002.
No ha pasado desapercibido a ojos extranjeros, y abandona su trabajo en Cuenca para poner rumbo al lejano Oriente, concretamente a China. Y es que el fútbol asiático está en auge, como se puede comprobar en los fichajes millonarios de futbolistas profesionales como Jackson MartínezLavezzi o Gervinho en fechas bien recientes.
Pero en el caso que nos atañe, se trata de un proyecto a medio y largo plazo, montando una escuela de fútbol dirigida a niños entre 7 y 12 años en Nankín, capital de la provincia de Jiangsu. “En un futuro se piensa también crear equipos cadetes y juveniles”, cuenta Álvaro Martínez, una vez que ya ha aceptado la oferta para ser el encargado de dirigir dicha escuela.
Un empresario chino quería potenciar el fútbol, “un deporte poco conocido en su país”, recalca Martínez. La oportunidad al ya ex director de la Escuela de Fútbol del Conquense le llega a raíz de un ex jugador suyo en su etapa como entrenador del San José Obrero, quien recomienda a dicho empresario la figura de Álvaro Martínez.
Allá por noviembre es cuando empieza a fraguarse este proyecto, que tiene visos de iniciarse en marzo. De hecho, a finales de enero, Álvaro Martínez viajó a su nuevo lugar de trabajo para conocer in situ qué es lo que se iba a encontrar, así como también a dar a conocer su método con la intención de agradar a la escuela y al empresario. “Me han tratado de maravilla desde el primer día”, cuenta Martínez, que se muestra satisfecho de su estancia en el país asiático. “Nada más terminar mis sesiones el empresario chino me daba el contrato para que lo firmara allí mismo”, rememora.

A su llegada sufrió los excesos del jet lag y estuvo “tres días sin dormir, a causa del viaje”, principalmente. También le sorprendió “conocer otra cultura”, donde por ejemplo los horarios de comida son diferentes, “ya que la comida se hace a las 12 y la cena a las 18”. Como anécdota, recuerda cómo estuvieron tomando té “durante unas dos horas”, en una sala enorme y con varias personas, entre ellas, el empresario chino que le realizó la oferta, echando el agua sobre un Chan Chu (una estatuilla de un sapo con tres patas y una moneda en su boca), una tradición que se realiza para tener suerte en los negocios.
Las instalaciones, la educación y el respeto son cosas que le han sorprendido en las dos semanas que ha pasado. También “el no ver a ningún niño por la calle con una pelota”, algo que el país chino pretende cambiar. Quién sabe si dentro de unos años vemos a China levantando la Copa Mundial… De hecho, la intención en este país es crear competiciones estatales de fútbol para los más pequeños, para que de esta forma se animen a la práctica del fútbol y así se extienda este deporte entre sus habitantes, empezando a construir esa afición por los más pequeños. Como muestra, pasará a ser asignatura en algunos colegios.
Con ayuda de un intérprete, Álvaro Martínez desarrolló una serie de sesiones, como si de un campus de fútbol se tratase, a una treintena de niños. “Eché en falta no saber manejarme un poquito mejor en inglés”, lamenta Álvaro, quien ya ha aprendido a decir algunos términos chinos. A pesar de la barrera idiomática, “todos entienden cuando uno se enfada”, aunque valoró el respeto que se tiene en el país chino “a la figura del profesor”. El proyecto final abarca la posibilidad de llegar en torno al millar de niños.
Solo falta certificar el visado para que el nuevo director de la Escuela de Fútbol en Nankín ponga rumbo para China, cuyo trabajo dará comienzo en marzo. En su nuevo destino no viajará solo, ya que está en busca de dos entrenadores que quieran compartir este desafío y ayuden a desarrollar este ambicioso proyecto que pretende dar a conocer un deporte tan extendido en Europa, pero que en Asia es en estos momentos cuando empieza a extenderse.


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